Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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1609
Legislatura: 1894-1895 (Cortes de 1893 a 1895)
Sesión: 15 de marzo de 1895
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Réplica
Número y páginas del Diario de Sesiones: 84, 2264
Tema: Explicaciones sobre la situación del crucero Reina Regente

El Sr. PRESIDENTE: El Sr. Presidente del Consejo de Ministros tiene la palabra.

El Sr. Presidente del CONSEJO DE MINISTROS (Sagasta): Voy a tener el gusto de contestar a las preguntas que ha tenido a bien dirigirme el señor Muro.

Quiere saber S. S. si el Reina Regente llevaba a Tánger la dotación correspondiente de carbón.

Yo puedo decir a. S. S. que llevaba la dotación bastante para ir a Tánger y volver a Cádiz, que esa era la única misión que tenía el Reina Regente; y no le puedo decir más.

En cuanto a la máquina, indudablemente estaría en buenas condiciones, porque de otra manera no se hubiera hecho a la mar; y si es verdad que tuvo alguna avería la máquina del Reina Regente, sabe el Sr. Muro que estuvo algún tiempo en Cartagena precisamente reparando esa avería; y si se reparó, claro que la máquina estaría en las condiciones necesarias de seguridad para poderse hacer a la mar.

En cuanto a lo que ha dicho S. S. del Ministerio de Marina, yo puedo decir a S. S. Que todos los empleados de marina estaban en sus puestos desde esta mañana, porque he estado yo en comunicación con ellos por medio del teléfono ; por consiguiente, no es que faltaran empleados de marina en el Ministerio ; lo que hay es que, si han ido los periodistas a adquirir noticias al Ministerio, al ver los empleados que no pueden darlas porque están con la misma falta de ellas y con la misma ansiedad que el Gobierno, es posible que se hayan negado a recibir a los que han ido a buscarlas.

Por lo demás, tampoco es extraño que hoy tuvieran algo cerradas las puertas al publico, porque la misma ansiedad que en el país reina en el Ministerio de Marina, y están ocupados en adquirir noticias por todos lados; están en comunicación con el jefe del ramo en Cádiz, con todos los empleados de marina de los puertos, a fin de averiguar el paradero del buque Reina Regente, y no es extraño, repito, que estén un poco retraídos aquellos empleados para recibir a las gentes que van por noticias que ellos no pueden dar.

He procurado indagar las condiciones del Reina Regente; de todas las investigaciones que he hecho resulta que es un gran barco, que esta en condiciones de navegar, que no tiene más que un inconveniente que puede haber sido causa de la desgracia que haya podido sufrir, y consiste en que cabecea mucho de proa, parece que no tiene con mar fuerte de proa el equilibrio necesario, y que, por consiguiente, resiste con mayor dificultad que de otro lado las grandes olas, el oleaje tempestuoso de proa; pero éste que es el único inconveniente que tiene el buque, que por todo lo demás, tiene las condiciones de estabilidad y fortaleza del buque mejor construido, y de que ha ido con buenas condiciones a Tánger no cabe duda de ningún género.

No sé si satisfará esto al Sr. Muro; me alegraría que así fuese; pero si no, estoy dispuesto a darle cuantas explicaciones pueda en una materia en que no soy verdaderamente técnico; pero, en fin, hasta donde pueda satisfaré con mucho gusto la ansiedad del Sr. Muro, que es hoy la de todo buen español.



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